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Brecha salarial ajustada vs. no ajustada
Hoy en día las brechas salariales demográficas son un problema al alza, ya que las organizaciones y los gobiernos buscan soluciones para garantizar la igualdad retributiva. El concepto «brecha salarial» se usa a menudo para denominar dos conceptos. Pero ¿cuál es la diferencia entre la brecha salarial ajustada y la no ajustada?
La brecha salarial no ajustada
La brecha salarial «no ajustada» (a menudo denominada «brecha salarial de género») mide la diferencia salarial media entre todos los hombres y mujeres de una empresa.
Si los hombres ganan de media 60 000 € y las mujeres ganan 54 000 €, la brecha salarial no ajustada sería del 10%. Esta brecha se debe a la diferente representación por género en la organización y se suele reflejar en la falta de mujeres en puestos directivos.
Las organizaciones pueden reducir su brecha salarial no ajustada asegurándose de que las mujeres reciben ascensos al mismo ritmo que los hombres y que el proceso de contratación está libre de prejuicios, especialmente para los puestos de alta dirección y las posiciones con salarios elevados.
La brecha salarial ajustada
La brecha salarial «ajustada» o «no explicada» se mide a través de un análisis de regresión que calcula la diferencia en los salarios entre mujeres y hombres después de tener en cuenta los factores que determinan la remuneración, como el puesto, la formación y la experiencia.
La brecha salarial ajustada mide si la organización ofrece a mujeres y hombres una remuneración igual por un trabajo igual o sustancialmente similar. A menudo es objeto de legislación y se utiliza en demandas por discriminación salarial.
Para cerrar la brecha ajustada, las organizaciones tienen que ajustar la remuneración de los empleados individuales de los grupos con salarios insuficientes. Las empresas que persiguen la igualdad de género suelen conceder aumentos a las mujeres con remuneración insuficiente y corregir los grupos de la organización en los que la brecha salarial es mayor.
La brecha salarial ajustada es la medida más acotada de la igualdad salarial. Es posible, por ejemplo, que una organización tenga una brecha salarial ajustada pequeña, pero que siga teniendo una brecha salarial no ajustada considerable. En este caso, las mujeres y los hombres reciben una remuneración igual por un trabajo similar, pero existe una representación desigual en la estructura organizativa, normalmente en los puestos con mayor remuneración.
Remuneración igual por trabajos del mismo valor
La «remuneración igual por trabajos del mismo valor» es un enfoque metodológico emergente que compara puestos de trabajo que son diferentes pero que aportan un valor igual a la organización. Este enfoque pretende garantizar que los empleados reciban una retribución justa en todos los puestos, en función de las cualificaciones requeridas para cada puesto y de su importancia para la organización.
La «remuneración igual por trabajos del mismo valor» requiere una valoración de cada puesto en una escala de puntos multidimensional. Esto traduce cada puesto en un valor en puntos que cuantifica sus requisitos, como las cualificaciones y la formación necesarias, las responsabilidades, la complejidad de las tareas y el entorno de trabajo.
La puntuación de cada puesto permite comparar los puestos desempeñados mayoritariamente por hombres con otros de valor similar desempeñados mayoritariamente por mujeres. Por ejemplo, garantiza que los puestos en los que predominan las mujeres, como la enfermería, no tengan una remuneración inferior que otros puestos comparables en los que predominan los hombres.
Es esencial comprender las diferencias entre la brecha salarial no ajustada, la brecha salarial ajustada («remuneración igual por un trabajo igual») y el enfoque emergente de remuneración igual por trabajos del mismo valor en los debates sobre la igualdad retributiva. Cada uno de estos conceptos y medidas de la brecha salarial tiene causas subyacentes diferentes, requiere análisis distintos y tiene estrategias de mitigación diferentes.
En este artículo se ha analizado la brecha salarial de género. Sin embargo, la brecha salarial de género entre otros géneros sigue los mismos principios aquí expuestos, y lo mismo ocurre con todas las demás brechas salariales que tienen su origen en otros factores demográficos, como la raza/etnia, la edad o las discapacidades.
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